Entiendo que pocas veces los héroes de la infancia lo son también en la adultez.
Desde hace un tiempo, cada vez que hablo con mi tío Pablo (Arráiz), intento explicarle el profundo impacto que ha tenido en mi vida. Él responde como si nada. No le interesa. Cambia el tema. Su humildad me hace difícil seguir agradeciéndole.
Hace unas semanas vino a visitarnos a Bali. Roxana, mi tía, se quedó en Caracas cuidando a las mascotas. Roxana es a otra que amo.
Antes de llegar, exploró por Google Maps toda la isla (es un fanático como yo del Google Maps). Me dijo que haríamos lo que sea. Que no tenía plan. Que lo único obligatorio era pasarse por las playas de surf y disfrutar de los chamos. Pero que de resto, que adonde yo dijera, él iba. Así fue. Algunos días hicimos de todo. Otros no hicimos ‘nada’. Una maravilla.
Tío, qué suerte seguir teniéndote como héroe.
Esta foto es de su visita hace unas semanas. Bahía de pescadores en Jimbaran.
SIEMPRE O CASI SIEMPRE LOS HEROES IGNORAN SU PROPIA GRANDEZA E IMPACTO EN NUESTRAS VIDAS.... QUE EXISTAN ES UN LUJAZO