Me fascina el esfuerzo que se hace en la primera etapa de los problemas en la práctica médica: el diagnóstico. No en todas las profesiones se invierte tanto en esta etapa. En medicina, dar con el ‘nombre’ de la enfermedad es fundamental tanto para el paciente como para el médico. Ambos duermen intranquilos si no lo encuentran. El paciente, por la incertidumbre; el médico, porque no consigue resolver el acertijo. En este caso, ambos son conscientes de que, sin diagnóstico, no hay tratamiento eficaz.
En una comunidad de vecinos, trajeron un presupuesto para cambiar el ascensor porque, según la mayoría, ‘era muy lento’. En la reunión, alguien se ofreció voluntariamente a estudiar el problema a fondo antes de contratar esa primera solución tan costosa.
Lo primero que hizo fue medir la velocidad del ascensor y compararla con la de otros. Para su sorpresa, descubrió que el ascensor no solo no era lento, sino que era bastante más rápido que otros que había visto. Se planteó comunicarles el hallazgo a los vecinos, pero decidió no hacerlo. Entendió que, aunque el hallazgo no solucionaba el problema, sí descartaba que fuera la "velocidad del ascensor". El problema parecía ser entonces que "los vecinos perciben que el ascensor es lento". Con este nuevo marco del problema, las preguntas que se hizo eran mucho más amplias y mejor enfocadas.
Hizo un estudio y un benchmarking. Preguntó a los vecinos, visitó otros edificios para ver ascensores, habló con expertos no relacionados... Con no mucho esfuerzo, se dio cuenta de que el diagnóstico era casi idéntico al problema bien enmarcado. Y, con el diagnóstico correcto y un entendimiento de la causa, fácilmente encontró la solución.
Diagnóstico: Percepción de lentitud del ascensor por sus usuarios.
Causa: Falta de elementos de distracción para el usuario, como espejos, cuadros y decoración en vestíbulos, música, narraciones de los niveles, pantallas de información, iluminación, etc.
Solución: Instalación de estos elementos económicos.
Te traigo esta historia porque la tengo muy presente en mi día a día. Me impresiona cuánto se invierte en soluciones innecesarias y lo poco que se invierte en el diagnóstico. Con lo tan divertido y gratificante que es resolver un acertijo.
Hoy, mientras íbamos en moto, vimos frente a nosotros a dos chicos en otra moto. El pasajero llevaba lo que parecía ser un fusil. Solución: ¿damos una vuelta en U y huimos rápidamente? O mejor, ¿seguimos tras ellos para ver a dónde van a tocar música con ese altavoz y soporte de micrófono?
Jajajaja buenísimo!
Me encanta este enfoque de cara a solucionar problemas. Creo que como bien dices ese think different es fundamental en la medicina y por qué no, en emprendimiento. Te recomiendo que le eches un vistazo a esta fundación que se ocupa de buscar precisamente las soluciones solidarias de más impacto, que no son siempre las más evidentes. https://ayudaefectiva.org/
Una abrazo!