Todos los días miro hacia abajo y veo la orilla. Todos los días veo el naufragio. Todos los días me pregunto, ¿qué habrá pasado? El casco descansa sobre la arena como un esqueleto de madera que se resiste al olvido, sus costillas expuestas al sol. Cada ola que lo alcanza parece intentar devolverlo al mar, un susurro del océano pidiéndole que regrese.
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Mi poeta favorito.
Paciencia. El mar tiene paciencia. Ahí lo dejo y lo recogerá cuando quiera