Acabo de llegar de jugar tenis. Abro para escribirte esta nueva entrega sin tener idea de qué contarte. La comida está servida, vuelvo enseguida.
Era una sopa balinesa que estaba buenísima. Instintivamente, le hice una foto con el teléfono. Pero no soy capaz de compartirla porque me sentiría como un ‘instagrammer 1.0’. Qué extraño es mirar hacia atrás a las primeras versiones de las cosas. Qué nostalgia me provocan estos nombres: Discman, Game Boy, Netscape, Motorola, Altavista, Nokia, ICQ, Encarta, Tamagotchi, MSN Messenger, Limewire, iPod, Blackberry. Y, quizás un poco más polémico, pero sí, también Facebook y Hotmail.
No es coincidencia. Hoy, mientras tomaba un café aquí, le pregunté a un amigo local dónde podría vender unas cosas usadas y me dijo que lo habitual era hacerlo en grupos de Facebook. Me descargué la app y, después de un esfuerzo sobrehumano, conseguí acceder a mi cuenta recordando aquella contraseña clásica que combinaba el número de mi cédula venezolana, mi fecha de nacimiento y Canela (la perra de casa). Me senté en el DeLorean y viajé al pasado. El color azul de FB me trajo recuerdos de los años 2000. La gente. Las publicaciones. Los momentos... La manera de hablar. El ser de aquel entonces. Wow.
Me encontré con una foto de los años 10, que recuerdo que me encantaba y que sigue gustándome, a pesar de que casi había olvidado que existía, como también me suele pasar con otras ‘cosas’ más importantes. Estaba allí, sentado en un pueblito de Niza, rodeado de viejitos. Mis panas. Para entonces aún no había comenzado mi residencia en Geriatría.
Seguí scrolling y me encontré con Jorge. No sabía nada de él desde hace casi 20 años, cuando él tenía 11 y yo 17, más o menos. Lo llamé. Contestó la llamada a pesar de que para él eran las 3 de la mañana. Hablamos de todo. De aquel entonces. De hace poco. De hoy. Acabamos de colgar. Y wow… ¡Aquellas versiones!
Que buena foto, que buena la nostalgia y que panita Jorge que te contestó a las 3 de la mañana.
Justo esta semana estaba en los mismos esfuerzos sobrehumanos para recuperar mi cuenta de Facebook… ¿casualidad? Fan absoluta de esta foto, de ti y de tus llamadas como las de Jorge.